Saturday, September 30, 2006

What time is there? (Tsai Ming Liang)


Vivre sa vie, a su pesar...

Retrato profundamente original sobre la soledad, enmarcado en la vanguardia estética del cine más contemporáneo, supone una huída de la narración estructurada alrededor de largos planos fijos que fragmentan la continuidad del relato y dilatan al máximo los tiempos muertos, habitados por unos personajes que vagan por sus claustrofóbicas vidas marcadas por la tristeza, el aburrimiento y la frustración, tratando se asirse a la más trivial o absurda de las esperanzas. Y mientras tanto, el tiempo fluye despacio y cruel, erigiéndose en muro al que los ecos de las oportunidades perdidas en un pasado inaprensible (trasformadas en aspiraciones subsistiendo en el recuerdo y lacerando las conciencias de unos seres que mantienen con ingenuidad la fe en el tiempo recobrado) van a rebotar.De esa suerte de excentricidad cotidiana nace una poética fuertemente formalista, donde el tedio y la extravagancia se funden con una fijación estético-diegética por los entornos, a la manera de Antonioni, del que Tsai Ming Liang podría considerarse de alguna manera discípulo, aunque con unas diferencias bien marcadas.

Thursday, September 28, 2006

Siempre quise ser un Tenenbaum


I always wanted to be a Tenenbaum, título de una de las canciones de la BSO de “The Royal Tenenbaums”. Yo también quiero serlo. Lo soy en cierta medida, luego me explicaré. ¿Qué son los Tenenbaums? En primer lugar personajes de una magnífica, colorida, nostálgica y entrañable peli de Wes Anderson que revisa la vida y circunstancias de una familia singular: todos son una suerte de genios fracasados y frustrados, y sin embargo devienen en seres de lo más cool y atractivo.
Apuntaban a lo más alto. Tenían un potencial máximo, pero su destino les niega el éxito en última instancia. Que estuviera implícito en su carácter y cualidades o se deba al contexto poco importa, el hecho es que han decepcionado las expectativas que se habían creado a su alrededor. Y su propio orgullo puede estar herido, dando paso a la inevitable melancolía: el loser siempre tiende a la depresión, es un ser decadente que fascina por la entereza y singularidad que le confieren las huellas de un talento que alguna vez estuvo ahí, que debe permanecer latente, a la espera de una nueva oportunidad. “The Royal Tenenbaums” habla de cómo ésas oportunidades redimen nuestra vida. Tenenbaum porque también soy un perdedor con talento. Se esperaba mucho de mí, creé esperanzas que no se pueden cumplir. Comparto con ellos desilusión y vidas truncadas. Parecía que podría conseguir muchas cosas, comerme el mundo. Apenas he podido escapar de la mediocridad, y me temo que no en todos sus aspectos. En ese aspecto me diferencio: me falta el encanto del outsider, que pese a su desengaño mantiene, aún más si cabe, su dimensión excepcional. Dar la vuelta a la tortilla es otra forma de genialidad. Tomaré nota: se debe ser un perdedor y al mismo tiempo cool para escapar de la mugre existencial. I always wanted to be a Tenenbaum.

Sobre Proust


El hallazgo fundamental de Proust consiste en plasmar una mirada radicalmente subjetiva; escrutadora no ya de la sociedad que le envuelve – perfectamente evocada, por otro lado- , sino sobretodo del propio devenir del tiempo a través de la memoria.

Capturar el potencial del instante recordado a través de palabras rebosantes, de un discurso enormemente fluido y aterciopelado ; esto es, dilatar la explosión sensorial de la evocación por medio de la saturación poética : se trata de una invención formal que además de admirable y genial como pocas, es para mis sentidos incomparablemente deliciosa.

"Les glaneurs et la glaneuse" (Agnès Varda)


Partiendo del concepto de recolección, examinándolo in situ como actividad vigente así como viajando a sus orígenes a través del Arte, Fotografía y del Recuerdo, Vardà empieza un camino que termina por extender nuestro imaginario sobre el tema hasta englobar actividades propias de la indigencia y marginalidad, trazando lazos que unen dos mundos aparentemente dispares como el rural y urbano. La idea es abstraerse del entorno y centrarse en el acto de recoger y reutilizar lo que la sociedad abandona, que es muchísimo, tanto como gente que no puede (o no quiere) acceder al circuito comercial. Así el documental va trazando una lúcida radiografía del hiperconsumista mundo occidental contemporáneo, donde el consumo y los cánones comerciales establecidos dan de espaldas a la simple necesidad.
Gotean dudas de la nube de testimonios que la directora despliega: ¿Cual es el límite entre lo desechado y lo aprovechable? ¿ Por qué ese límite, debido a qué exigencias? Desde luego, lo que a menudo es abandonado está en condiciones optimas para ser aprovechado, con lo cual los criterios de validez se van haciendo más ambiguos y nuestro modo de vida enrarece. Mientras tanto personas marginadas por excéntricos, extraños, borrachos o simplemente pobres se presentan como seres humanos entrañables, coherentes, solidarios y en algún caso sorprendentes y fascinantes. Efectivamente hay una humanidad detrás de esos rostros anónimos, grises e ignorados. Detrás de cada vivencia personal se impone como lógico e inevitable algo que en nuestro acontecer diario nos ha venido repugnando como es toparnos con un vagabundo escarbando en la basura: venga causado por la desgracia personal, social o por llevar al extremo una postura político-social.
Y la idea de la recolección da para mucho más en el film: desde los contactos con un Arte que nace de la reutilización hasta la autoconciencia de la Vardà jugando su rol como espigadora de momentos capturados a través de la imagen- queriendo detener el tiempo de cuyas huellas da fe al grabarse sus viejas manos (¡cuanto ha llovido desde que filmó la extraordinaria “Cleo de 5 a 7”!) o intentando atrapar el efímero paso de un camión. Porque finalmente todos nos convertimos en cosechadores de experiencias y recuerdos pasados, reutilizados por la memoria evitando su olvido.

Wanda (Barbara Loden)


Publicaré algunas críticas escritas ya con anterioridad, con el fin de dar algo de contenido a la página. Esta sobre el film "Wanda" es una de ellas, y lo serán las que sigan durante estos primeros días.

Hay películas que rompen y a la vez confirman cierta mirada típica y tópica a un período concreto. En este caso, es “Wanda” de Barbara Loden la que ejerce esta función respecto al cine underground de los años 70.

Elia Kazan declaró que esta era la mejor película que había rodado alguien de su familia, incluyéndose él mismo. Estoy de acuerdo, pues Barbara Loden, que fue su mujer, logra con “Wanda” (que escribe, dirige, produce por 4 duros, y protagoniza) sorprender por ser rabiosamente moderna, similar a alguna de las obras más vanguardistas de la actualidad, repleta de silencios y personajes que vagan a ninguna parte, como podría ser “Ossos” de Pedro Costa o muchos otros ejemplos.

“Wanda” de Barbara Loden es como un Cassavettes pero frío y despojado, aunque como el americano – y pienso explícitamente en la posterior “A woman under the influence”- intensamente implicada e identificada en el retrato de cierta neurosis característica de unas capas sociales trabajadoras en ambientes deprimidos. En este sentido, y también por el montaje (pseudo)episódico recuerda a “Vivre sa vie”. Creo que Barbara se dejó hasta la última gota de sangre rodándola hasta que ella y el film se funden en esta Obra Total. No me extraña que sea su único film, probablemente lo habría dicho todo.
La película está construida alrededor de tiempos muertos separados por bruscas elipsis que imprimen un ritmo disonante beneficiado por el tono contenido y la mirada ascética de Loden, al no provocar estridencias que caigan en la hipocresía sensacionalista de convertir “Wanda” en una reunión deshilvanada de momentos dramáticos e intencionadamente intensos. Por el contrario se logra un susurro monótono, profundo, desesperado y amargo que habla de alienación y renuncia. Un relato sobre una mujer resignada a deambular sin rumbo por escenarios decadentes como espejo y raíz de un estado interior todavía más desconsolador. Desligada por su propia voluntad de la prisión en la que se convierte su vulgar vida familiar y laboral, se da la paradoja que al escapar no enarbola la bandera de la Libertad, sino se topa de nuevo con la dominación y el maltrato en el intento fracasado por buscar una salida a su existencia asfixiante a través del sexo, lo que la conducirá de manera irremediable a una relación autodestructiva con un delincuente. No sabremos si será por la ingenuidad de refugiarse en la expectativa del amor o por simple desidia. O una alternancia de ambas motivaciones. Pues la vida es como es, ambigua y con la Muerte como única – en los dos sentidos del término- conclusión definitiva. Incluso a veces, como advertía Cioran, puede ser un consuelo.

Pequeña presentación




Todavía no he pensado en la finalidad de este Blog, esto es, los temas a tratar. Supongo abordaré tópicos y aspectos de la Cultura humanística y científica que más me interesan: Cine, Literatura, Filosofía y Pensamiento, Matemáticas y Física. La mayoría de entradas consistirán en reseñas o comentarios de obras diversas, pero no descarto un espacio para la reflexión personal.
Advierto que por admiración y modelos de referencia aparecerán en multitud de ocasiones varios nombres "clave", como pueden ser Bresson, Proust, Godard, Nietzsche, Adorno, Joyce, Beckett, Ozu, Bergman, Freud, Straub, Antonioni, Rossellini, Derrida, Dostoievski, etc. Ya pueden hacerse una idea de qué va el tema.